Un descanso adecuado es fundamental para rendir de forma óptima en las actividades diarias. Para ello es necesario un sueño reparador, no siendo posible sin una almohada adecuada.
Hay que tener en cuenta que la posición de la cabeza y del cuello depende durante 6 a 8 horas diarias de las características de la almohada elegida. En estas zonas existen gran cantidad de estructuras anatómicas óseas, articulares, musculares, tendinosas y ligamentosas, que son sometidas constantemente a grandes tensiones. Es por ello necesario una almohada que permita la relajación y la alineación correcta de todas estas estructuras. No es posible un buen descanso sin la almohada adecuada.
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir una almohada?
Son varios los criterios a tener en cuenta, cómo serían:
La forma de dormir. La norma básica de un buen descanso es la alineación correcta del cuello y cabeza. Si se duerme boca abajo, se necesita una almohada fina y blanda, en cambio sí se duerme boca arriba, o se es “inquieto” es necesaria una almohada firme y de grosor intermedio. En cambio sí se duerme de lado, la almohada tiene que ser firme y de un grosor determinado, que viene dado por la distancia entre el extremo del hombro a la cara. El material. Es muy importante el material con el que una almohada está hecha. En este caso hay que tener en cuenta las posibles alergias del usuario. La fibra sintética permite una buena aireación y que la almohada sea fresca. En cambio la visco-elástica, además de las propiedades de la anterior, permite una correcta adaptación a la anatomía del usuario, favoreciendo el descanso. Existen otros materiales, como las plumas, el algodón o la lana, con los que se pueden conseguir distintas texturas y grosores, para los que prefieren productos naturales. Ronquidos. La apnea del sueño postural, es decir, si se ronca dependiendo de la postura (sobre todo boca arriba), puede ser corregida con la almohada adecuada. Existen almohadas especiales que inducen a dormir en posición de lado y fetal, que es la postura más adecuada para no roncar. Dormir solo o acompañado. Cada uno tiene que tener una almohada que se adapte a sus características individuales. Por ello ser recomienda tener varias almohadas y no compartirlas.
¿Cómo mantener en buenas condiciones la almohada?
Para ello es necesario tener en cuenta el material con el que está fabricada. El uso diario hace que vaya perdiendo poco a poco sus propiedades, por lo que se recomienda cambiar la almohada cada 3 a 4 años.
Otra variable a tener en cuenta es la higiene. Las almohadas se van impregnando a diario de piel muerta, distintas secreciones, saliva y ácaros de la piel. Todos estos restos biológicos favorecen el crecimiento bacteriano. Por ello se recomienda lavar las fundas semanalmente y con respecto a las almohadas, seguir las recomendaciones del fabricante.
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