Las alfombras de lana y algodón quedan como nuevas con jabón neutro, agua fría y sal, mientras que las de látex o yute conviene no mojarlas con agua.

Sin embargo, para llevar a cabo una limpieza más profunda es importante conocer qué tipo de alfombra tienes , pues de ello dependerá el proceso a seguir.

El mejor método para limpiar alfombras es pasarle la aspiradora o vaporeta al menos una vez a la semana.

Las alfombras son un elemento decorativo que acumulan una gran cantidad de gérmenes y bacterias y, a veces, ya sea por su gran tamaño o porque no sabes muy bien cómo, no las lavas lo suficiente.

Las alfombras son un elemento de decoración que sirve tanto para darle un toque elegante a tu casa, como para mantenerla más caliente en épocas de mucho frío.

Sin embargo, lavarlas puede parecer toda una odisea, ya sea porque no sabes muy bien cómo hacerlo o porque son demasiado grandes para meterlas en la lavadora.

Además, si tienes el añadido de tener niños pequeños en casa o animales como los perros, el estado de las alfombras puede que sea incluso peor.

En cualquier caso, acumulan una gran cantidad de gérmenes y bacterias, por lo que, si no quieres que tu alfombra cobre vida propia como la de Aladdín, por muy alentador que parezca, es mejor que las laves de vez en cuando.

La pregunta es, ¿cómo?

El tipo de alfombra, importa

Partiendo de que el mejor método para limpiar tus alfombras es pasarle la aspiradora o vaporeta al menos una vez a la semana, en algunas ocasiones no viene mal darles un lavado más profundo.

Si además tienes un poco de bicarbonato y sal, espárcelo por encima y déjalo actuar durante aproximadamente una hora. Luego pasa el aparato y la dejará aún mejor, pues no solo eliminará el polvo acumulado, sino que hará que huela mucho mejor.

Además, si se trata de una mancha contundente de grasa o aceite, sigue el mismo proceso, pero utilizando maizena o almidón de maíz.

Si no tienes maizena en tu casa, el vinagre también podría ser uno de tus grandes aliados, obteniendo el mismo efecto.

Pero antes que nada, es importante conocer qué tipo de alfombra tienes, pues de ello dependerá el proceso a seguir para dejarla como nueva.

Las alfombras de lana, si son demasiado grandes, es mejor que las lleves directamente a la tintorería para que las dejen en perfecto estado, pero si son manejables, basta con lavarlas con jabón neutro, agua fría y sal.

Recuerda que este material suele ser muy llamativo para insectos como polillas, por lo que procura guardarlas en verano para no tener que tirarla cuando la quieras usar.

Si tu alfombra está hecha de fibras vegetales, convendría que le pasases un paño húmedo con jabón neutro y agua no muy abundante de vez en cuando.

Las alfombras de algodón llevan el mismo proceso de lavado que las de lana y si, además, tiene muchos colores, sigue los pasos a rajatabla para que no se mezclen y acabes con una alfombra desteñida.

Además, existen algunas alfombras que no se pueden lavar, pues el agua podría estropearlas por completo, y este es el caso de las de látex o yute, por lo que lo ideal es renovarlas cada vez que se vean muy dañadas. Son las menos prácticas.

Izabell Fransson
Izabell Fransson

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