Hay infinidad de plantas adorables, pero suele ocurrir que –cuando tenemos que elegir una para una función específica en el jardín– el asunto no siempre es fácil.
Hay que conocer las características que debe tener una planta para cumplir esa función y saber las condiciones propias del lugar. Cuando conocemos esa información, se reduce el universo y llega el momento de elegir por la fascinación que una especie nos suscita y su armonía con el entorno.
A la sombra
El patio urbano, cada vez más valorizado, puede convertirse en un refugio para convocar a las charlas, a los gratos momentos.
Generalmente son espacios bastante sombreados, por ser de pequeña superficie y por estar rodeados de muros, pero eso no impide que puedan llenarse de verde.
Numerosas plantas que crecen naturalmente en bosques y selvas se cultivan también en los abrigados patios. Hay también muchas especies con flores notables que crecen en lugares sombreados e iluminan el lugar.
Conocer el asoleamiento de las distintas zonas del jardín permite elegir especies que crecerán adecuadamente. Por ejemplo, al sol y en un lugar aireado, los rosales se llenan de flores y pueden acompañarse por herbáceas florales como las espuelas de caballero.
Hay plantas especiales para marcar la estructura de un jardín. Son aquellas que no cambian o cambian poco a lo largo del año. Su valor principal es el follaje y se mantienen en forma con relativamente poco trabajo. Un patio de follaje frondoso crea un ámbito de gran frescura.
Las grandes hojas de la oreja de elefante y los filodendros, que requieren el mismo cultivo que las monsteras, generan un ambiente selvático
Si no crece el césped
A veces en un jardín hay zonas donde no crece el césped o es muy dificultoso mantenerlo. En ese caso se pueden cultivar cubresuelos, plantas que generan una alfombra que contribuye a evitar la erosión del suelo, economizan agua y requieren un mínimo mantenimiento, entre otras virtudes. A diferencia del césped, no se puede transitar sobre ellas sin dañarlas.
Suelos demasiado secos en sitios donde por distintas razones no se puede regar, taludes o desniveles en el terreno difíciles de mantener mediante cortes y que necesitan una cobertura para que el suelo no se degrade, zonas umbrías, son problemas que se resuelven con cubresuelos.
En un rincón sombreado del jardín es dificultoso que crezca césped, pero se pueden crear atractivas alfombras con cubresuelos. En este caso se utilizó Salvia procurrens, una salvia nativa rastrera
¿Mucho sol?
Algunos lugares son muy soleados y no hay posibilidad de regarlos continuamente. Esto no es impedimento para crear un lindo jardín si se eligen las especies adecuadas: las de hojas grises, las de hojas pequeñas y las suculentas generalmente están adaptadas a estas condiciones.
Sin embargo, hay que recordar que muchas son resistentes a la falta de agua, pero recién plantadas o cuando son jóvenes hay que regarlas si el tiempo es muy seco.
Pequeños cercos de boj conducen, estructuran la circulación en este espacio. Es una planta que no cambia en todo el año y puede crecer tanto al sol como en sectores sombreados
Arboles en jardines pequeños
Siempre es grato tener un árbol en el jardín que dé sombra, que marque el ritmo del cambio estacional, que imprima su magia al lugar.
En jardines pequeños o medianos, plantar un árbol requiere una ajustada elección. Hay que tener en cuenta tanto la altura como el diámetro de copa que puede alcanzar.
Es mejor que pierda las hojas en el otoño, así el espacio queda al sol en el invierno, y que no tenga espinas. No ubicarlo muy cerca de medianeras ni de construcciones: alejarlo al menos 4 metros de ellas.
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